MIRANDO AL ORIENTE

MIRANDO AL ORIENTE
durante la Misa


En nuestro rito armenio –al igual que en otros ritos de la Iglesia–, cuando se celebra la Santa Misa y otros oficios litúrgicos, el sacerdote está de cara al altar. Sólo se da vuelta para leer el Evangelio, predicar la homilía o bendecir a la asamblea. No debe interpretarse que celebra “de espaldas” a nosotros. Eso sería caer en el error de pensar que somos el centro de la celebración litúrgica. El centro es el Dios Único, a quien van dirigidas todas nuestras súplicas y alabanzas. La posición del sacerdote representa la figura del pastor que va delante de su rebaño, guiándolo, y todos “caminamos” hacia un mismo lugar.

Sacerdote y fieles, todos mirando al altar.

Se reza mirando hacia el Este, ya que –al ser el punto cardinal de donde sale el Sol– representa el sitio del cual procede la gloria de Dios, según el simbolismo bíblico (cf. Ezequiel 43, 1-4). Además, en algunas tradiciones litúrgicas, Cristo es nombrado como “el Sol de Justicia y el Oriente venido desde lo alto” (tropario bizantino de Navidad). Tradicionalmente –y siempre que sea posible–, las iglesias armenias se construyen de modo que el altar esté en el sector Este del templo, y así todos miremos hacia el Oriente. Esto es difícil de aplicar en áreas urbanas, por la existencia de edificios y calles que condicionan la disposición del templo. Afortunadamente, nuestra parroquia tiene el altar en el Este de la iglesia, ya que la calle Charcas corre en sentido Sur-Norte. De modo que la Misa la celebramos de cara al Oriente.